El Padre, El Hijo y El Espíritu Santo


Dios se manifiesta a sí mismo a través de su verbo. El verbo es Dios manifestándose, diciéndose a sí mismo hacia el exterior a fin de manifestarse y obrar en su creación. El verbo no puede tener una conciencia distinta del Padre, ni amar al Padre como a una persona distinta de Sí. No es una persona distinta de Sí en un sentido antropológico; es Dios manifestándose.

Ese Dios que se manifiesta a través de su Verbo, se hizo hombre en el vientre de María, autolimitando su divinidad completamente, haciéndose completamente hombre, con todas las limitaciones y con toda la dependencia de Dios de un hombre. Este, Jesucristo, es el primer ser Humano regenerado, que no está bajo el yugo del pecado de Adán, por eso tras morir resucitó de los muertos. Por eso se le llama El primogénito de los muertos (colosenses 1:18). Este Hombre nacido de María es al que se le llama “El Hijo de Dios” (Lucas 1:35). Al estar la humanidad sepultada en el pecado, fue necesario que el único Dios se hiciese Hombre y resucitase de los muertos a fin de abrir el camino de la regeneración..

Dios nació como Hombre; con toda la necesidad de Dios, y con todas las carencias y necesidades de cualquier otro hombre; y como Hombre que era oraba a su Padre; a Dios. A este Santo ser que nació es a quien se llama “El Hijo de Dios” (Lucas 1:35).

Una vez resucitado envió su Espíritu Santo a los que en El creyeron. Este Espíritu Santo (Hechos 16:6), Espíritu de Cristo (romanos 8:9), Espíritu de Jesús (Hechos 16:7), Espíritu de Dios (romanos 8:9), Espíritu de nuestro Padre (Mateo 10:20), un único Espíritu (Efesios 4:4), es la presencia de Cristo en nuestros corazones (Romanos 8:9-11), el que reproduce la sagrada imagen de la humanidad sin pecado de Jesucristo; de la humanidad regenerada en nosotros y nos hace «Hijos de Dios».

De manera que la trinidad es el único e indivisible Dios manifestándose de 3 formas distintas a fin de salvar a la humanidad caída: 1- como Padre (como Dios) 2- como Hijo (como un ser Humano, Jesucristo) 3- Como Espíritu Santo (como su presencia en nuestros corazones que nos redime regenerando nuestra imagen caída a imagen de Dios Hijo, haciéndonos Hijos.)

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Ahora bien, si leemos el libro de Apocalipsis , aunque es dificil darse cuenta podemos traer mas luz a esta economía de la salvación:

San Pablo, en 1 corintios 15:24-28 dice:

“Luego el fin; cuando entregará el reino a Dios y al Padre, cuando habrá quitado todo imperio, y toda potencia y potestad. Porque es menester que él reine, hasta poner a todos sus enemigos debajo de sus pies. Y el postrer enemigo que será deshecho, será la muerte. Porque todas las cosas sujetó debajo de sus pies. Y cuando dice: Todas las cosas son sujetadas a él, claro está exceptuado aquel que sujetó a él todas las cosas. Mas luego que todas las cosas le fueren sujetas, entonces también el mismo Hijo se sujetará al que le sujetó a él todas las cosas, para que Dios sea todas las cosas en todos”. 1 corintios 15:24-28.

En el libro de Apocalipsis vemos que esto también está descrito. En Apocalipsis 20:14 tiene lugar la muerte de la muerte (1 corintios 15:26) Y a partir de ahí es cuando Cristo sujeta al Padre todas las cosas para que Dios sea “todas las cosas en todo”; esto es justo a continuación de que la muerte es vencida. Es cuando viene el cielo nuevo y la tierra nueva en Apocalipsis 21 y  22, justo a continuación de la séptima copa de la séptima trompeta del séptimo sello, en la plenitud del 777.

Bien; si analizamos, vemos que antes de que la muerte sea vencida y Cristo sujete al Padre todas las cosas para que Dios sea “todas las cosas en todos”; Cristo se presenta a sí mismo como alguien distinto del Padre, de Dios. Todavía habla como un ser Humano, no como Dios. Esto es así en Apocalipsis 5:6 y en Daniel 7:13. En donde se describe al cordero enfrente del trono y del que está sentado en el trono. También es así en Apocalipsis 1:6, 2:7, 2:27, 3:2, 3:5, 3:12 y 3:21 Donde se refiere a Dios como su Dios y su Padre.

Sin embargo, justo después de que la muerte ha sido derrotada, en la séptima copa de la séptima trompeta del séptimo sello, en la plenitud del 777, cuando ya “el mismo Hijo se ha sujetado al que le sujetó a El todas las cosas”, Jesucristo se sienta en el Santo trono de Dios y a partir de ahí ya no habla como alguien distinto del Padre y deja de hablar como Hijo. Aquí es cuando dice: Apocalipsis 21:5-6-7 Y el que estaba sentado en el trono dijo: He aquí, yo hago nuevas todas las cosas. Y me dijo: Escribe; porque estas palabras son fieles y verdaderas. Y me dijo: Hecho está. Yo soy el Alfa y la Omega, el principio y el fin. Al que tuviere sed, yo le daré gratuitamente de la fuente del agua de la vida. El que venciere heredará todas las cosas, y yo seré su Dios, y él será mi hijo.

Dice “hecho está” (paralelo a Juan 19:30), donde indica que su obra redentora se ha cumplido plenamente. Dice “yo seré su Dios y el será mi Hijo”. Es decir, ha pasado de ocupar el lugar de Hijo y de Humano a ocupar el lugar de Dios y de Padre. Además vemos que a partir de ahí, en Apocalipsis 22:3-4 está escrito: “Y no habrá más maldición; y el trono de Dios y del Cordero estará en ella, y sus siervos le servirán, y verán su rostro, y su nombre estará en sus frentes”. En griego también está escrito en singular “le servirán” “su rostro” “su nombre”.

Ya no se refiere a Dios como a alguien distinto de Él como en Juan 20:17 “Subo a mi Padre y a vuestro Padre, a mi Dios y a vuestro Dios” o en Apocalipsis 1:6, 2:7, 2:27, 3:2, 3:5, 3:12 y 3:21 Donde se refiere a Dios como su Dios y su Padre sino que habla como el único Dios: «Y el que estaba sentado en el trono dijo: He aquí, yo hago nuevas todas las cosas. Y me dijo: Escribe; porque estas palabras son fieles y verdaderas. Y me dijo: Hecho está. Yo soy el Alfa y la Omega, el principio y el fin. Al que tuviere sed, yo le daré gratuitamente de la fuente del agua de la vida. El que venciere heredará todas las cosas, y yo seré su Dios, y él será mi hijo». Apocalipsis 21:5-6-7

El cordero, el Hombre, se ha sentado en el trono de Dios, se ha unificado con su Divinidad, ya la obra redentora terminada se ha vuelto a unificar con Dios. Se han cumplido sus plegarias en Juan 16:28: “Salí del Padre, y he venido al mundo; otra vez, dejo el mundo y voy al Padre”; y su plegaria en Juan 17:5 “Ahora pues, Padre, glorifícame tú contigo, con aquella gloria que tuve contigo antes que el mundo fuese”. Ya habiendo redimido a la humanidad habiéndoles hecho Hijos de Dios, deja de ocupar el lugar de Hijo para volver a ocupar el lugar de Padre, de Dios.

Resumiendo:

– primero se describe a Jesús resucitado como un hombre distinto de Dios que se refiere a Dios como “Su Dios” Apocalipsis 3:2 y 3:12 y “Su Padre” Apocalipsis 1:6, 2:27, 3:5, 3:21.

– Vemos a Jesús frente al trono de Dios para coger el libro de la mano de Dios y abrir sus sellos. Apocalipsis 5:6 y Daniel 7:13.

– Una vez ha abierto los 7 sellos y la muerte ha sido vencida, desciende la nueva Jerusalén y de aquí en adelante vemos que se describe a Jesús sentado en el trono de Dios, y Jesús deja de hablar como hombre-Hijo pasando a hablar como Dios-Padre Apocalipsis 21:5-7, y ya no se describe a Jesús y a Dios como dos «personas» distintas sino como uno y el mismo; en un mismo trono Apocalipsis 22:3, con un solo Rostro y un solo Nombre Apocalipsis 22:4. Probablemente el Nombre nuevo al que alude Jesús en Apocalipsis 3:12.

 

objeciones:

Hay algunos versículos como colosenses 1:15-20, hebreos 1:2-14, 1 co 8:6 En los que se habla del Hijo como preexistiendo y se le denomina creador del universo. A la luz de Jn 1, donde Juan habla del verbo como creador del universo, podemos interpretar que estos versículos se refieren al Hijo cuando aún no era Hijo sino Verbo de Dios. Como este Verbo de Dios fue nacido de María y llegó a ser Hijo de Dios, le aplican al Verbo de Dios el calificativo de Hijo pero en razón de que llegó a ser Hijo en su humanidad cuando nació como humano.

En estos versículos se habla del Hijo en su estado de Verbo, en su estado de Dios, según su divinidad, (y el verbo era Dios Jn 1:1). No debemos imaginarlo como una persona distinta del Padre con una conciencia distinta del Padre. Debemos entenderlo como la manifestación del Padre, Dios manifestándose, diciéndose a sí mismo hacia el exterior a fin de manifestarse y obrar en su creación. Solo cuando este Verbo nace como Humano, deja de ser Dios parea nacer como Hombre de Santa María, hay una tal separación y entonces vemos que Jesús, el Hijo, no en forma de Verbo sino de Hombre, ora a Dios y habla de Dios como de alguien distinto de Sí. No obstante, como hemos visto, esta «separación» no dura eternamente sino que cuando el cordero, el Hombre Jesús ha abierto los 7 sellos, ha vencido a la muerte y se sienta en el trono de Dios, vuelve a unificarse con Dios y vuelve a ocupar el lugar del Verbo de Dios y de Dios. Sin dejar de ser Humano vuelve a ser el único Dios.

En estos pasajes, aun cuando se refieran al Logos como Hijo de Dios, en función de lo que llegaría a ser, siempre queda claro que la relación del Logos antes de encarnarse y Dios no es la relación Padre Hijo de Jesús humano con Dios sino que Dios se manifiesta y actúa a través de su Logos, no habiendo una distinción de entidades en Dios. y el Logos era Dios Juan 1:1.








Explicación de la Trinidad por Fray Luis De Granada





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